Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Cómo afrontar una guerra, la injusticia y la indefensión

Actualmente estamos viviendo una guerra cercana que nos remueve sensaciones de injusticia, de malestar, de vulnerabilidad y de indefensión. Pero estas emociones no se limitan únicamente a la situación tan extrema que es una guerra o la serie de convulsiones que se están desatando a raíz de ella. Cuando vivimos determinadas situaciones en nuestra vida diaria  también se despiertan las mismas sensaciones. 

Mientras dichas sensaciones son puntuales, podemos entender que es una parte de la vida, y que “esta vez se ha escapado de mi control”, “no somos todopoderosos”, y pensamientos por el estilo. Por otra parte, el hecho de tenerlas más cerca implica que a menudo podamos actuar sobre las circunstancias y romper ese círculo vicioso, dar un giro a la situación, actuar y cambiar el entorno, luchar con la palabra por nuestros derechos, por lo que consideramos justo. Y así seguir construyendo y buscando nuestro bienestar. 

La ciencia nos dice

Científicamente se ha demostrado que cuando las personas somos protagonistas u observadores de situaciones de injusticia, vulnerabilidad o indefensión, nuestra AMÍGDALA (una zona del cerebro) reacciona activando distintos mecanismos, entre otros la ira. Esto puede provocar que perdamos el control, o en los casos que no podamos reaccionar, llenándonos de frustración y volcando esa ira hacia adentro.  

Esto no sucede únicamente con grandes hechos, o con grandes tragedias. El día a día puede contener varias situaciones de injusticia que son suficientes para que se active este mecanismo. A menudo, estas frustraciones, esta ira, se van acumulando, incluso durante años, con enormes problemas para nuestra salud física y psicológica.

Nuestro sentimiento  de humanidad y empatía nos mueve a reaccionar ante las injusticias, a  ser solidarios y poder ayudarnos unos a otros y a nosotr@s mism@s. Así como cuando realizamos un acto de  amor, altruismo y de generosidad hacia otras personas o lo recibimos, liberamos OXITOCINA, la hormona de la compasión y el amor. 

Por todo esto, cuando una situación de conflicto o injusticia nos esté afectando, podemos jugar un papel activo. A veces sobre la situación, pero siempre sobre nuestra vivencia del mismo.

Consejos para afrontar una situación de conflicto

Tanto una guerra como las sensaciones de injusticia, de malestar, de vulnerabilidad y de indefensión las podemos sufrir cualquiera. Si te encuentras en una de estas situaciones de malestar puedes tener en cuenta estos 4 consejos, para afrontarlos desde una perspectiva más serena. Y recuerda que pueden ser útiles desde las situaciones más grandes hasta las más pequeñas. Son consejos universales:

COMPROMISO

Podemos comprometernos de acuerdo a nuestros valores, ¿Qué podemos hacer? ¿de qué manera podemos ayudar? Podemos dar dinero haciendo una donación, dar algo de nuestro tiempo, apoyo, ¿podemos participar de alguna manera? ¿Puedo hacer algo para mejorar esta situación aunque sea un poco? Lo primero es sentirse parte activa del cambio, de esa injusticia que estás viviendo o que estás observando. Sin autoexigirse , ni esperar el cambio absoluto, pero sí implicarte en pequeños cambios que hagan la situación más llevadera para el que lo sufre. 

ACEPTAR

La vida tiene una parte injusta con la que tenemos que convivir, cuando aparece una injusticia , es real y no podemos evitarlo. Tenemos que afrontarla desde lo que podemos hacer, como hemos dicho antes. La capacidad resolutiva que tengamos, los límites que podamos poner y tener en cuenta que no hay una relación directa de tu capacidad de dar (generosidad) con lo que vas a recibir. 

Las personas nos comportamos desde unos valores porque realmente sentimos que debe ser así, somos coherentes con nosotros y eso por sí mismo nos hace sentir realizados. Cuando hemos llegado dar lo que podíamos para cambiar una situación, llega el momento de aceptar. Aceptar los resultados, también los errores, las consecuencias, nuestras propias limitaciones. Hay veces en que la situación es simplemente como es.

REGULAR LAS EMOCIONES

Si notamos ansiedad , nerviosismo o sufrimiento, podemos buscar actividades que nos relajen. Algunas no están muy lejos de tí: la meditación o la relajación muscular progresiva de Jacobson son excelentes ejemplos. PINCHANDO AQUÍ MISMO TIENES LOS MEJORES EJERCICIOS PARA REGULAR CUERPO Y MENTE. 

Por otra parte si estamos desanimados, apáticos, tristes, fatigados, busquemos una actividad que nos haga sentir bien , buscando el descanso , el autocuidado, el ejercicio, hablar con amigos, poniendo atención a cómo nos sentimos y qué podemos hacer para sentirnos mejor. Recuerda que aunque la vida traiga dolor, la vida sigue, y hay que alimentarla de experiencias enriquecedoras.

REGULA LA INFORMACIÓN

Cuando hay una noticia de conflicto estamos sobreinformados, el bombardeo de información negativa se expande, debemos poner límites, no por escuchar más vamos a cambiar la situación. Igual que no por pensar más en la situación la vamos a solucionar. Es cierto que existe la parte del conflicto, pero podemos poner el foco en otras áreas que sí funcionan en nuestra vida, nuestro trabajo, familia, amigos, para no olvidarnos de que igualmente eso también existe y está ahí.

Esperamos que estos consejos os ayuden a vivir estas situaciones de conflictos desde la consciencia , la compasión y vuestra serenidad. 

Beatriz San José

Leave a comment

Abrir chat
Psiqueon
Hola
¿En qué podemos ayudarte?